martes, 21 de julio de 2009

El Exorcista...William P. Blatty

El Exorcista
William P. Blatty
Editor: Emecé Editores, S.A.
Buenos Aires, Abril de 2972


Comentarios:
Aunque no suene creíble, pocos son los libros de terror que poseo y/o leo, salvo Lovecraft, el terror no forma parte de mi lectura diaria. Paseando por una calle encontré un cuarto viejo con libros literalmente aventados en mesas, el olor a páginas roídas me enajenó y entré. Encontré El Exorcista al lado de una enciclopedia universal y algo sobre los niños cristal.

La película es una cosa genial, aún después de tanto tiempo de su estreno, sigue causando escalofríos y más de una persona prefiere no verla; sin embargo y para no variar, el libro la supera inimaginablemente.

Las escenas dibujadas entre las letras borrosas son maravillosas, la imágen de Regan vomitando, respirando solamente es tétrica.

La historia detectivesca que se desarrolla detrás de la posesión es muy buena y complementa el relato de forma maravillosa, sin quitarle importancia. Los personajes son dibujados claramente pero sin aburrir al lector. Se cuenta su historia entre berridos y blasfemias.

Curiosamente, el libro está plagado de cigarro, parece un cartel enorme de publicidad tabaquera, sin embargo el personaje de Cris y Karras enmarcan un relato intenso, lastímero y al mismo tiempo lleno de ternura y nobleza.

Una buena historia, un libro lleno de símbolos y plegarias, de fe y de escepticismo.

No tengo qué dar detalles porque la historia es conocida ya por la mayoría de las personas, pero sí puedo recomendar que aún después de ver la película, lean el libro, pues supera totalmente la anterior.


(¡Amo los libros viejos con las hojas cayéndose!)

Un Mundo Feliz...Aldous Huxley


Un Mundo Feliz
Aldous Huxley
Diseño de cubierta: Sergio Witzman
Editora Mexicana de Periódicos, Libros y Revistas, S.A.
México, D.F.
Anaya Editores, S.A.

Comentarios:
Quizás la felicidad radica en olvidarnos de lo que podemos ser y enfocarnos en lo que somos, sin aspirar a más de lo que tenemos y dejando de largo todo lo que queremos. Quizás la felicidad consiste en ser y nada más.

Quizás nunca la conozcamos.

El condicionamiento es una técnica bastante criticada, al tiempo que es una de las más usadas, con o sin conocimientos al respecto. Cuántas veces los padres golpean a los niños en la mano cuando tocan algo que no deben, este simple y trivial hecho quedará para siempre registrado en sus memorias y lo recordarán internamente, sobretodo la próxima vez que vean el objeto añorado; así mismo, mientras más pequeño sea el humano al momento del condicionamiento, mejores resultados se pueden obtener.

Entonces, qué mejor forma de crear un mundo perfecto y equilibrado, que condicionando a los humanos, en el momento que sean embriones.

En el año de 1932, poco podemos imaginar que se conocía respecto al funcionamiento de la tecnología y el condicionamiento, qué tan profundos podrían haber sido los avances en ambas doctrinas en aquellos años, para inspirar una novela de tal intelecto, con tantos conceptos increíbles y a la vez, lógicos; son irracionales y al mismo tiempo motivan sinopsis que dan lugar a pensamientos de 'podría ser', 'podría funcionar', 'tiene sentido'. Porque tiene sentido que a todos aquellos obreros de clase baja, se les condicione desde pequeños para que no aspiren a más, para que se enfoquen en el trabajo y en sus vidas sin pensar en sueños de riqueza o progreso, que probablemente nunca consigan, así su trabajo tendrá mejores frutos y ellos podrán vivir 'felices' con lo que tienen y nada más.

Sin embargo, entraríamos en dilemas morales sobre la individualidad, el respeto a las ideas de cada persona y el deseo de superación de la población. Pero siendo objetivos, a las masas les gusta ser masa, a los grupos de personas les gusta ser un grupo, pertenecer, ser felices dentro de sus posibilidades, un condicionamiento de ese tipo, permitiría que las personas estuvieran satisfechas con sólo arroz y refresco, sin aspirar a caviar y vino. A las masas les gusta ser tratadas como masas, porque así evitan el rechazo, el aislamiento, la pena de ser diferente. Entonces, ¿qué daño haría condicionar a las personas según su clase social y su función?

Lo más maravilloso del libro fue el condicionamiento sobre la muerte, mientras la mayoría de nosotros vemos a la muerte como algo natural, pero 'horrible' y no queremos que llegue a nosotros, el fantástico Aldous Huxley, se encarga de condicionar a los niños en un hospital, dándoles dulces y presentándoles bella música y juegos cuando la gente está muriendo, de esta forma, cuando crecen, la muerte resulta algo natural y bonito.


Escalofriante libro con un título delicioso. Una novela vieja que parece adelantarse a su época, que retrata un mundo feliz en el que nada es real y al mismo tiempo todo podría ser.

Encontramos personajes encantadores, mágicos. La bella Lenina, hermosa y sin personalidad, actualmente podemos ver mil Leninas en la calle, todas las chicas con el peinado similar, misma ropa (sólo de diferente color) con el pensamiento moldeado para que la economía funcione correctamente y la sociedad la acepte. Encontramos algunos Salvajes, que, desgraciadamente, es probable tengan un final como el del libro. También veremos Directores y figuras de autoridad, que aunque no compartan la teoría del poder, la asimilan y la promueven con tal de hacer funcionar 'el mundo', ahí tenemos todos esos políticos que le gritan a las masas lo que más le conviene al gobierno y no al pueblo, porque 'así funciona el mundo'.

Un libro que permite encontrar semejanzas y distraer un rato con maravillas poco reales, pero que al final deja una reflexión, eres parte del mundo Fordiano o de Malpaís, y sea cual sea tu lado, ¿estás en el lado correcto? Podríamos terminar como el Salvaje o tomando gramos de soma al final del día.


Precioso libro, escalofriante y enajenante.

Cabe mencionar con qué personaje me he identificado y escaneo una página con uno de los diálogos que más me maravilló. El Salvaje habla con Mustafá Mond, reclamándo su derecho a ser desgraciado.